Mi padre era de Pinos Puente, Granada. Muchas veces nos contaba historias de su juventud. Yo recuerdo cuando nos decía que de joven había conducido un camión de Pinos a Moclín, por la carretera interior, que ahora es la GR3408, que transcurre paralela al río Velillos, y que por Tiena sube a Moclín. Subes por esta ruta en nada de kilómetros, desde los setecientos metros de Tiena, a los mil sesenta y cinco metros de Moclín, o el otro recorrido que se hace desde Olivares, cuyo desnivel es algo más porque está en una cota inferior, pero peor carretera. Desde ambas Villas se las trae la subida. Por la de Olivares, impresionan los tajos del Velillos y sobre todo pensar, los años que han tenido que pasar para que el modesto río los esculpiera.
A mí me dan algo de respeto (siempre llamo al miedo respeto) ambas subidas, pero no soy capaz de juzgar si mi padre, siendo un neófito como conductor, pues le dejó el camión un amigo suyo -el conductor habitual-, hizo el recorrido completo. En resumidas cuentas, todo esto viene a cuenta a que tenía interés en conocer ese pueblo del que me habló mi padre, sin tratar de aclarar si condujo el camión por cualquiera de las dos rutas, o cuál de ellas utilizó, o si sólo condujo el mismo por un tramo corto. Yo conocedor de ambas, decidí por aquello del “respeto” subir a Moclín desde Puerto Lope.
Era un día de verano rabioso de 2008, pero la hora de la mañana permitía aún una cierta tranquilidad meteorológica. Llegamos y nos llamó la tención el impresionante castillo. Moclín había sido durante tiempo el escudo del reino nazarí. Los cristianos -con la conquista, no re-, habían conseguido tener en su poder los castillos de Alcaudete, Locubín y Alcalá la Real, pero Moclín siempre se resistía. En 1319 fueron devastados sus alrededores. Firmaban treguas y casi siempre eran rotas por los cristianos. Finalmente los Reyes Católicos estimaron importante la toma de Moclín en 1485 se dirigieron a ella con el Conde de Cabra a la cabeza con cien caballeros y tres mil de a pie. El Zagal colocó en la fortaleza a más de mil jinetes y otros tantos infantes, lo que contribuyó a un estruendoso fracaso de los castellanos. Definitivamente cayó la fortaleza en 1486, después de la caída de Loja. Expulsaron a los moriscos y la repoblaron con gente del norte.
La fortaleza era una obra de ingeniería militar de la época. Un recinto en la parte alta, y un cinturón amurallado en la baja. En el inferior tiene notable importancia la puerta de acceso al recinto, de doble recodo. La parte superior a 1117 metros sobre el nivel del mar, es ovalada, está compuesta de múltiples torres, destacamos la del Homenaje y el aljibe cuya capacidad es de unos quinientos metros cúbicos, construido de bóveda de medio cañón del mismo hormigón que los muros, con paredes de casi dos metros de espesor.
En lo que era la mezquita, como siempre y todas las civilizaciones hacen para no perder la costumbre, se levantó la Iglesia o Santuario del Cristo del Paño en 1505. El nombre del cuadro parece que viene de una curación de un sacristán que tenía la enfermedad del paño, cataratas.
Desde la altura del castillo de Moclín, las hermosas vistas de la vega del Genil, sierra Elvira en primer plano y al fondo el horizonte de Sierra Nevada. Por el norte la serranía de Jaén y Alcalá la Real al noroeste.
Lamentablemente, por lo inexorable del tiempo, no podemos ahora preguntar a mi padre lo del camión, pero eso es lo de menos, lo importante es su recuerdo, la visita de Moclín y dejar constancia de ello.
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