El dibujo de Wyngaerde sigue ofreciéndome un atractivo fuera de lo común. No están completamente descifrados sus señalados monumentos. Es como trasladarse al siglo XVI y poder ver por un agujero como era la ciudad.
Esta parte, como todas, están vistas desde el Campo de la Verdad y en la fotografía de la cabecera tenemos un sector importante de la Axerquía (Pulsando sobre ella podemos visualizarla mejor así como las numeraciones). Señalado con el número dos está San Nicolás de la Axerquía, la antigua parroquia esquina Consolación con la Ribera, donde estaba adosado el Kiosco de la Ribera. Con el número tres San Pedro. A la derecha de éste, con el número cuatro la Magdalena. Y con el siete la Mancebía, situada en lo que hoy es la calle que nos lleva al Potro, que en esos años aún no comunicaba la Plaza con la Ribera. Con el número cinco San Lorenzo. Marcado con una equis, la salida de la calle de la Feria al río, lo que se llamaba el Rastro, sin la Cruz. En ese lugar hubo un rastrillo hasta 1568 que fue trasladado a otro sitio.
Pero el que nos ocupa es el número seis, ya que es el que más ha llamado mi atención hoy. Wyngaerde lo señala como Las Recogidas. Estudiando con el plano y la regla, con Google Earth, y algún otro programa, las líneas trazadas siempre me llevaban al Convento de Jesús Nazareno.
Buscando por aquí y allá en el Libro Paseos por Córdoba de D. Teodomiro Ramírez de Arellano dice:
“En 1683 el corregidor don Francisco Ronquillo y Briceño, que tan buenos recuerdos dejó en Córdoba con su amor a las mejoras, concibió la idea de recoger todas las mujeres de escandalosa vida en un hospicio, donde se les instruyese en labores propias de su sexo. Compró en 9.900 reales unas casas contiguas a este hospital, hizo la obra necesaria, en que se gastó hasta 23.000 reales -que sufragó la Alhóndiga con los derechos de la venta de vinos forasteros-, e invitó al hermano Cristóbal de Santa Catalina a hacerse cargo de aquel cotarro.
Aceptado, dio principio la reclusión, reuniendo hasta cuarenta mujeres de lo más perdido y desalmado que había en Córdoba. Allí se les obligaba a rezar y tejer tela basta para sus vestidos, y se les enseñaba a hacer encajes y otras manufacturas, hasta un día que, no queriendo sujetarse, se reunieron tumultuariamente y se fugaron de la casa; sujetóseles por el pronto, mas a poco repitieron el alboroto y quedó desierto aquel establecimiento, incorporando el edificio al del hospital, del que forma parte.”
Luego se construyó un edifico para hospicio junto al Hospital de Jesús Nazareno, y el uso era para recoger mujeres de “escandalosa vida”, que seguro sólo sería escandalosa cuando salían a la calle, cuando eran “usadas” como mercancía dentro, ocultas a los ojos de la gente no serían escandalosas seguramente. Afortunadamente no pudieron retenerlas.
Pero… hay una cosa que no cuadra, el grabado lo realiza Wyngaerde en 1567, y el hospicio parece según D. Teodomiro que lo construyen en 1683. Eso significa que hay una gran diferencia de tiempo. ¿Quién se equivoca? ¿Wyngaerde? ¿D. Teodomiro…? Creo que yo desde luego, pero Wyngaerde llama el lugar Las Recogidas ¿O dice Los Recogidos? referido a los pacientes del Hospital y entonces deberemos admitir que se refiere al que se construyó en el siglo XIII,
“por una hermandad de pañeros que luego lo abandonó. En ese estado, en 1579 se formó una cofradía de Jesús Nazareno”.
Con este último párrafo nos aproximamos a la fecha de realización del dibujo 1567, pero aún estamos lejos de tener una certeza absoluta de, a qué se refiere Wyngaerde.
Al final siempre nos quedamos con una duda razonable.
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