Me apena mucho escribir esto pero es la realidad.
Madrugada del 18 de octubre, seis y algo de la mañana, un coche con unos jóvenes se para en la Plaza de Belén de Córdoba. Primero voces desaforadas, meadas en las paredes y golpes en algunas persianas de cocheras. Un asustado vecino estaba en su coche y no se atreve a salir de él. El coche en cuestión -una máquina de matar en manos de un perturbado- dio marcha atrás en dirección prohibida, Paró, salieron de el dos de ellos. El coche arranca, luego estos dos saltaron sobre el capó, avanzó el coche en dirección a la plaza con los chicos subidos en el capó, frenó bruscamente y cayeron al asfalto por la inercia los que estaban subidos en él. Nuevamente voces desesperadas, inconexas, fruto de la perturbación etílica. Vuelta a introducirse en el coche. Arranque y aceleración violenta en dirección a la salida de la plaza a la Avenida de Libia, que ya no se como acabó pero que a mí no me hubiera gustado encontrármelos al pasar el paso de peatones. El ciudadano asustado miró repetidas veces su coche por si tenía algún roce. Antes de todo eso había habido toda una sesión de gritos malsonantes, y repetidos golpes en las persianas de las cocheras, otros jóvenes se habían marchado andando. Esto es habitual en los fines de semana -aunque los fines de semana se han alargado a las noches de los jueves, viernes y sábados, estas también son fin de semana-, es el lugar de despedida de los grupos.
Que hubiera procedido ¿Llamar a la policía? Seguro que no hubiesen llegado a tiempo, aunque esto es un juicio de valor. Se de buena tinta que son muchas las denuncias que se suceden en este lugar por los escándalos nocturnos, hasta la madrugada, cuatro o cinco de la mañana. Hacen "cultura" de botellón en la plaza los fines de semana, bueno prácticamente todos los días de la semana. Es habitual. ¿No habría la posibilidad de aplicar cualquier normativa que protegiera el descanso del resto de los ciudadanos, que somos más, que cuatro jóvenes bebidos, escandalosos, y maleducados?. Introduzco la palabra maleducados porque considero que es un problema de los padres que no los han educado adecuadamente.
No toda la culpa es de ellos. Podríamos enumerar culpables: en primer lugar y principalmente los padres; después la comunidad educativa; luego las autoridades por la permisividad sobre la venta de alcohol y el consumirlo en la calle; y para finalizar nuevamente las autoridades por la falta de coercitividad y aplicación de las normas más elementales por parte de quien tiene la OBLIGACIÓN de hacerlo. He puesto lo de obligación en mayúsculas, subiendo el tono porque al final lamentablemente, no hay más remedio que la represión. Podemos filosofar y añadir otra serie de culpabilidades, y síndromes pijos, como la sociedad, el sistema, etc. pero con las expuestas estamos bastante bien servidos.
Esto es un gran problema para la sociedad. No cabe decir: si se matan, allá ellos, no es así, porque normalmente implican a otras personas que no tiene nada que ver con sus juegos peligrosos. Y luego está el costo para la sociedad de cualquier tipo de accidente, y si el accidente no acaba en resultado de muerte que es duro, está el centro de parapléjicos de Toledo, para sufrir toda una vida una familia los caprichos de juventud de un niño o niños malcriados, que es mucho más cruel. En el fondo parte de la penitencia de esa permisividad, o carencias educativas, la pagarían los padres con ello. Otras veces la imposibilidad de aplicar normas es manifiesta, no todo va a ser blanco o negro. Son muchas responsabilidades compartidas desde luego. Lo cierto es que no se hacen esfuerzos para erradicar estos comportamientos. Cuando la administración baja la guardia, la vega fértil se llena de parcelas ilegales.
Los políticos no atajan estos comportamientos porque su visión son los votos, creen que les va a restar continuidad en sus cargos, que son medidas "antipopulares", los antipopulares son ellos con su permisividad. Estos chicos ni siquiera votan, la inmensa mayoría están inmersos en una cultura muy "sui generis", de consumo inconsciente y vida sin futuro, algunos no tienen ni edad de votar. Pero ¿si son estudiantes? ¿si están en paro? ¿quién les facilita el dinero para esas noches? ¿sus padres? Si es así el delito es aún mayor. La realidad es que no son una mayoría de la juventud, conozco muchos jóvenes responsables, pero los que suenan son los que, se emborrachan, miccionan en las calles, escandalizan al vecindario a altas horas de la madrugada, y utilizan herramientas de matar -un coche en manos de un inconsciente borracho lo es- en las calles y carreteras de la ciudad. Los formales, como están en sus casas pues al día siguiente tienen que madrugar para trabajar, no se oyen y por eso la sensación es como cuando vas a un hospital a visitar un enfermo, crees que toda la humanidad lo está pero no es así, la mayoría es sensata y formal.
En resumen esto fue, un pequeño escándalo de madrugada, un juego de riesgo con un automóvil, una borrachera y no pasó afortunadamente nada más. La verdad es que no se lo que ocurriría después al salir a la avenida. Los servicios de urgencias hospitalarias tienen estadísticas detalladas de la noches de accidente por intoxicaciones etílicas a diario.
La realidad es que es un gran problema que requiere soluciones concretas y radicales.
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4 comentarios :
Como bien dices, amigo Paco, un gran problema. Saludos.
Yo ya estaba levantado y desde mi ventana lo presencie, lo que pasa es que es habitual, y estamos hablando de un barrio que no es conflictivo. Pero la verdad es que es terreno complicado y ustedes cada vez con menos autoridad, sin caer en las tesis de la Comunidad de Madrid. Es en suma un problema de padres en su mayor porcentaje.
Habrá que ser imbécil... pero una cosa Paco, como muy bien dices pero quiero subrayar, esa no es la juventud, es una parte de ella, pero pequeña, de verdad que es pequeña, no quien más ruido hace es que quien más tiene que decir. De verdad que habrá que ser imbécil, recuerdo que no hace mucho otro becerro de estos murió por hacer la misma gracia. Viéndolos a uno se le van las buenas maneras a la quinta puñeta.
Se nota el cambio, mucho más manejable, mil gracias Paco.
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