Después de la resaca de San Rafael, decidimos una vez procedido al cambio de la hora, y con el habitual jet lag o síndrome de los husos horarios (ahora hay síndromes para todo) visitar la exposición de arte Contemporáneo. Toda es imposible. Vimos sólo tres patios, de momento.
Nos dirigimos al Palacio de Orive, estaba cerrado, no había funcionario municipal para poder visitar la obra ¿La crisis? Además hay que pagar los pobres capitulares primero. Vergüenza ajena.
De allí fuimos al Palacio de Viana visitamos la obra y los patios. Siempre es un goce especial visitar los patios del Marqués. Aunque más que del noble nos acordamos de la película Pasodoble rodada en ella. La obra era el Hanging Garden (Jardín colgante), de Mona Hatoum palestina de Beirut. Muy original, pero a mí me parecieron unos sacos terreros, de cualquier trinchera, de cualquier guerra en primavera. Pero original.
De allí a Parras 5, creemos que la afortunada propietaria Maribel Navajas era la amable señora que nos atendió, la obra consistía un televisor proyectando continuamente una visita que el actor Fernando Tejero había realizado al patio. La obra A visit (Una visita), del Sr. Nedko Solakov, Búlgaro de Sofía. Vale.
Luego de allí subimos a Costanillas, excelente trabajo de arreglo de la calle, ya era hora, no siempre se puede presumir de la excelencia de los trabajos, pero de este sí, pero… ¿qué ha pasado aquí? Costanillas excelente en su piso y acerado, Rinconada de San Antonio igual, creo que es la misma empresa la contratada, pero y Pastora una pequeña calle que se ha quedado como un muladar urbanístico entre dos oasis. Esperemos que no la dejen así pero otras cosas peores hemos visto.
Precioso patio el de Pastora 2, con una hermosa decoración vegetal y otra llamativa de artilugios antiguos, como sifones, gaseosas Pijuan y la Fama Cordobesa, otra suerte de botellas y más. ¡Y un camarín con una virgen!
Pero lo más llamativo eran –dicen, no los pudimos contar- 2016 moluscos gasterópodos, es decir caracoles, disfrazados de tesoro del carambolo, corriendo -es un decir- por el patio, paredes y plantas. El disfraz consistía en un barniz para que se les pudiera fijar el traje de pan de oro a la concha. Muchos, poco acostumbrados a olores fuertes -los jaramagos no huelen tanto- y a tener traje alguno, habían entregado su alma al dios de los caracoles gordos. O lo que es lo mismo, pasado a mejor vida. Por lo tanto no sabemos al final de la muestra, el 29 de noviembre, fecha de clausura de la exposición, cuántos quedaran al pie del cañón. Eso sin contar los que se perderán como recuerdo en el bolsillo de algunos visitantes. La idea Cordoba 2016 Snails (Córdoba 2016 caracoles) es del madrileño Fernando Baena.
Me ha llamado la atención que los amantes de los animales -yo lo soy también- no hayan puesto el grito en el cielo por la utilización artística de estos gasterópodos, al igual que el toro de lidia. A lo mejor están preparando la manifestación pro defensa de los caracoles vestidos de tesoro del carambolo y no nos hemos enterado, lo mismo que no sabemos el presupuesto de la manifestación artística. La verdad es que la originalidad de los artistas es manifiesta.
Seguiremos visitando el resto de las obras… de arte contemporáneo.
josúss! probes caracoles carambolados! pero ¿cómo se puede hacer una frivolidad así a un ser vivo? este señor no empatiza demasiado con los de la casita a cuestas.
ResponderEliminarEn fin, en honor a esos mártires caracoles, te dejo por aquí una canción de la infancia q cantábamos votándo la pelota a un lado y otro de las piernas, alternándolas con gran habilidad (yo de lo más patoso q siempre estaba de cascarilla en los equipos) y q habla precisamente de caracolitos:
"Todos los caracaolillos
¡guachipé!
que viven por el interés
¡guachipé!
se echan su casita al hombro
¡guachipé!
y no pagan alquilé
¡qué guachi! guachipé!
(un día te hago demostración práctica con un vídeo aunq sea, ejeje)
¡saluditos guachipés! >:0P
Pues eso les han hecho. Pintarles el piso de "alquilé" estilo rococó.
ResponderEliminarMuy graciosa la canción como todas las infantiles, cosa que ahora, con mi nieta Claudia -son más actuales desde luego- estamos al día.
Esperamos el video.
Estoy con Lisis, qué culpa tendrán los caracoles de que en el mundo haya tantos ocurrentes con hambre. Que me digan a mí, qué coño quieren significar los 2016 caracoles disfrazados de paso de semana santa. Ni arte ni arta, que no, que eso no refleja ningún sentimiento, ni denuncia nada, ni ná de ná. ¿O yo soy tan cateto e insensible?
ResponderEliminarIgual digo yo Amalgama. Bien es verdad que aunque con su aurea vestimenta están mejor que los de la Magdalena, o cualquier otro tenderete de la ciudad, con ciudadanos sorbedores con palillo, pero...
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