Esta mañana tenía dos objetivos previstos. Primero fotografiar algunas obras de Mateo Inurria que me quedaron en cartera el otro día, e investigar el paradero de los restos del monumento del Ministro Barroso. La hora de salida no es que fuera muy prudente desde luego, pero lo que si era es fresca.
Mochila al hombro, auriculares (uno) y en marcha. Siempre la misma gente, pues la ruta era la habitual hasta Alfonso XIII, la de diario hacia el trabajo, cuando voy a él en el coche de San Fernando. El Sr. que formalmente espera a que le abra la frutera. El de siempre con el perro, ¿cómo perro? ¡dos perros! al pequeño no lo había visto. Yo no es que sea alérgico a los animales, pero dos perros en un piso de mierda es un punto, espero que no haya niños también en el piso.
Los primeros parroquianos para el café. No he dicho la hora, pero faltaba quince minutos para las siete. La misma tarea y los mismos cabreos de todos los días. Un coche aparcado en el paso de peatones, me dieron ganas de saltar por encima de capot, ponerle una nota, o coger un excremento de perro (hay muchos) y tapizarle la maneta de la puerta.
Echo mucho de menos un grafiti que se erija en el "Vengador del Peatón", como el zorro de José Mallorquí, que ahora tiene cara de Antonio Banderas, y que con un spray soluble, que le escriba en el parabrisas o en el capot, a estos miserables que se vayan a la mierda. Es decir que aparquen donde no molesten. Digo soluble porque en el fondo uno no tiene mala leche, pero el susto se lo llevaría desde luego, aunque sigo pensando que es más gracioso lo de la mierda de perro. Miserables, porque lo son. Cuando veáis a un invidente (porque ciegos son ellos) darse un porrazo con un coche que le ha tapado su ruta memorizada, veréis si os dan ganas de hacerle barbaridades al vehículo. Aunque sería mejor al conductor, un auto de fe por la vía de urgencia y como estamos cerca del Marrubial asustarlo.
O si vais con vuestra nieta al antiguo cine Zarco, en un cochecito que no puede circular por las aceras, porque están aparcados encima, y te tienes que bajar a su territorio y entonces es cuando se te ponen detrás, y te ponen nervioso, y la abuela de la niña más, porque te dice que te apartes y tú que no te apartas porque no puedes y porque crees que como es una niña pequeña te va el hijo de p... a respetar, pero está detrás de ti, constantemente dándole al acelerador, para ponerte nervioso o presumir de su poder. Será desgraciado.
Bueno, Jardín del Piojo, Ancha de San Lorenzo, vista a la izquierda donde me caí, y recordar que me han estado doliendo las manos cuatro meses. San Lorenzo. Recordé el cervatillo. ¿Qué daño hacía? vamos que creerá el raptor que estará mejor en la parcela. Casa Luís cerrado, pero como no va a estar cerrado con las horas que son. Plaza de Juan Bernier, nuevamente solándola. Primero una capa de hormigón, una vez echada, martillo eléctrico pues se olvidaron de hacer una zanja. No recordaba que estaba en el país de la "chapuza". Salida a la calle pues la plaza está cercada. Búsqueda de la acera que me hacía ir por ella como el que pedía el taxi en el spot de Gila, aquel que le dejaron una pierna más corta que la otra en una operación. Ah, se me olvidaba, losas de granito de unos diez centímetros de grosor, por aquello de que en el verano guarde el suelo bien la "caló", que no haya suficientes horas de noche que refresquen la solería, y que se acumule de día para otro y que no haya hijo de vecino o vecina, que pueda estar en la plaza.
Realejo. Repelús por los símbolos fascistas que aún están en una pared. Jardín de Orive. Una apertura por Capitulares (le falta pues tiene expropiación pendiente). Otra apertura por Villalones (Cuando se vaya la Agencia EFE). La habitual por la calle Huerto de San Pablo a Carreteras y como es lógico la de la placita de Villalones. Vista del "pez asiento" creo que de Celorio. Una fuente seca, que no sé porque no fotografié para La Colina. Un rato de intercambio de opiniones con mi amigo. La obra va bien. Nuevamente San Pablo arriba. Los mismos de todos los días en el bar de Orive, con la cara de recién levantados. Hoy no le digo adiós a J.C., el otro le día le interpreté un mal modo, así que me haré el tonto. La furgoneta de correos ocupando la acera, estos se las traen también.
Le dejo la acera a la misma joven de todos los días, que a su vez me lo agradece como todos los días. Ya cada vez queda menos gente así. Que lo agradezcan, porque de los otros tengo la sensación que somos menos todavía. Alfonso XIII, han tapado la cloaca, y están dale que te pego con el pavimento. ¿Pero qué va a pasar con la Semana Santa? ¿Cómo es posible que el consistorio les joda los recorridos? Quieto, hay que autocensurarse. Seguro encuentran una solución. Impresionante edificio el del Gobierno Viejo, la perspectiva desde Alfonso XIII hacia Carbonell y Morand (después vi a este Sr. virtualmente) es como el acueducto de Segovia visto desde la esquina de Cándido, por lo menos eso se me antojo a mí. Y el balcón y esquina impresionantes pero sin un lugar despejado delante.
Calle María Cristina. Un solar en la callejita. Entro, está la cerca abierta. Repleto de restos. Me subo por la rampa, por poco me caigo. Hago unas fotos. Malas, pues no se puede fotografiar asustado, y me voy. Miro la obra del aparcamiento municipal de María Cristina, por los entresijos de la puerta metálica. ¿Qué coño estarán haciendo ahora? En los restos del templo dando con un martillo neumático, pero creo que es al hormigón que tiene adosado. Es una limpieza de cutis.
Ahora búsqueda de la lápida de Mateo Inurria en el Colegio de la Asunción. Pero antes fotografié la casa de la esquina. En ella se instaló el primer supermercado de alimentación de Córdoba. Conchi me dijo después que una ferretería bueno pues una ferretería pero el primer supermercado de Córdoba antes. ¿Por qué? Porque trabajaba en el de dependienta una chica guapísima de Santaella, que me gustaba, que vivía en el Sector Sur y que no había pasado de lo platónico-infantil, por eso me acordaba del supermercado. Eso no se lo dije a Conchi en ese momento pero cuando lea esto lo sabrá. Aunque un amanecer en el templo de Claudio Marcelo merece la pena.
Nada de la lápida de Mateo Inurria le di la vuelta al Colegio de la Asunción. Ese colegio fue como la Universidad, a pesar de su corta vida dio políticos de categoría. Calles Diego León, Barqueros, San Zolio. Obras, obras, pan para hoy ¿Y mañana (noviembre) qué? Lápida de Manolete en Torres Cabrera, calle Domingo Muñoz y Osario.
Dos fotografías de Rafael Molina, pero por encima de maquinaria de obra, que dirían los de la misma, éste individuo no es normal, por la forma en que me miraron. Pero yo a lo mío, la investigación es la investigación, y es un importante motor del mundo. Antes Málaga (ahora Cruz Conde).
Plaza de las Tendillas. Un ático ilegal que lleva muchos años en un edifico de la plaza. Lo fotografío. Calle Gondomar, Colegio La Milagrosa, arriba el altorelieve (pongo alto porque lo leí el otro día, lo miro en gugle, es alto relieve porque sobresale más de la mitad del busto de la escultura, el bajo relieve no hace falta mirarlo.), "Dejad que los niños se acerquen a mí", siempre me acuerdo del chiste ¡...pero como coja al rubio aquél...!. Calle Concepción "Entre aquella animación, un grito de admiración alarmó a la gente seria, cuando por la Concepción, se vio subir de la feria el cuerpo más soberano,...". La puñetera manía de asociar cosas, ahora Pepe Marchena que mencionaba en su Canto a Córdoba la calle Concepción.
Puerta Gallegos. En los sesenta, aglomeración de gente los domingos, en la puerta del Bar Barril esperando los resultados del fútbol, que cambiaban según la radio y el camarero de turno. Y sobre todo pendientes de la quiniela, que nos sacara de la miseria. La madre de "Cagalejos", con su puesto de flores, y su hijo haciendo de las suyas. Adiós recuerdos, Avenida de la Victoria abajo. Siempre pensé que el nombre era por haber ganado la guerra los fascistas, y le tomé coraje, hasta que me enteré que era por la Virgen malagueña, pues mejor. En la Puerta de Hierro me encontré una vecina que se las trae, vi que hizo ademán de no saludar, pero al contrario que con los del bar de Orive me dije:
-¡Ésta Sra. se para! -vaya que sí se paro, y si no la cojo por el brazo.
-Hola como estás. Andas mucho. Hace mucho tiempo que no te veo. -Ella dijo menos:
-Es que como está la ribera cortada me vengo por aquí. -creo que no pegaba ni con cola pero eso fue lo que dijo. Adiós, pues adiós.
Vallellano, otra obra. Miré la bonita casa cercana a la Puerta Sevilla. Siempre la misma pregunta, ¿cómo dejarían a éste hacerse la casa aquí, en un lugar tan privilegiado? Cruce de la Avenida. Por el aparcamiento nuevo, moderno. Mirada a una oficina que durante cuatro años me jodió bastante. Portada de la Ermita de la Salud. Foto. Entrada al cementerio. Ya sabía dónde mirar, pero no me pude sustraer a curiosear. Nombres, fechas, algunos versos "Quién te quiso mucho no te olvida" y por el estilo. No había ningún "Perdone que no me levante", a lo mejor eso es una leyenda.
Muy bien cuidado el cementerio. Limpio y sobre todo tranquilo, muy tranquilo. Se respira la paz eterna, de eso no hay duda. Dos locos más como yo y los trabajadores. Un rubio con una cubeta, pero rubio platino, que me miró, de una manera rara, creo que se entiende, me recordó a "la Marylin", y me pregunté:
-¿Joder a las ocho y media de la mañana, en un cementerio, lecheee... (como Bernardo de cámara Café).
Directo a la columna de Mateo Inurria, pero me había pasado. Entre el Marqués del Mérito ¡Como vive el tío, parece un templo griego! ¡Cómo vive seré...!. Ahora la familia Carbonell y Morand (ya dije antes que lo vería después virtualmente), Cabriñana, majestuoso ¿Conocería alguien de esta gente que está aquí a Antonia Jurado, la musa temporal de Julio Romero? ¿A lo mejor?.
- Oiga por favor, -a un empleado- ¿el mausoleo de Lagartijo?
- ¿Ve aquel ángel? pues ese es. -me dijo señalando un ángel en una columna bastantes metros atrás.
- Gracias.
Seguí unos metros, pues quería ver si Manolete tenía los colores fosforescentes del post de Harazen, y no, no los tiene. Blanco inmaculado posiblemente el más grande de los monumentos de la casa. Tuve que pasar entre dos tumbas y evité pisar los filos, es una tontería sí, pero lo evité. Fotografía del mausoleo. Y un verso que tiene en la trastienda, es posible que sea cursi pero no me desagradó, otra cosa es que lo vaya a transcribir aquí conociendo el paño, y los méritos que estoy haciendo para ser Hodierno.
Columna de D. Mateo Inurria. Pobre mausoleo, para la grandeza y fama del maestro. En agosto del 1900, y con 59 años, ¡joder! Verdina en el mármol en el lado del norte, como nos decían en la mili para orientarnos. Cuatro lechuzas, es verdad, símbolos de eso. El ángel, la ángel, qué más da, como no tienen sexo, señalando con la mano derecha al cielo, y una trompeta en la izquierda. En el centro, en un escudo sujeto con un lazo, que lo vi torcido, pone: "Propiedad de Rafael Molina Sánchez", pues claro, propiedad para toda la vida. Puesto ya en el ambiente taurino el mausoleo de Machaquito, Rafael González, otro grande.
Los Cruz Conde cerca. Muchos apelotonados y José el Comisario regio sólo. "Servicio a España engrandecimiento de Córdoba...", y qué, allí está desde el 39, no disfrutó del triunfo de los fachas, el 31 de enerode 1939 con la edad de Lagartijo. Se le destaca como uno de los artífices del éxito del levantamiento militar en Córdoba que provocó la guerra civil. Pues con su pan se lo coma, por no menos no disfrutó del éxito, mejor.
Qué cantidad de "ilustre gente". Y menos ilustre. A la salida, a la derecha "24 años, por Dios y la patria", un par de meses después del golpe fascista a la II República. Un desgraciado. Pero pobre madre. Salida a la Puerta Sevilla, Calle Postrera y Caballerizas.
Búsqueda de un amigo para preguntarle dónde pueden estar los restos del monumento de Barroso y Castillo. La alegoría sin cabeza y brazos. No estaba mi amigo. Si mañana me acuerdo iré otra vez, pero a lo mejor tengo que preguntar más alto.
¡Lecheee! (otra vez Bernardo), la que le están liando a San Pelagio. Esto cuesta una pasta, y no tienen para el Convento. La verdad es que son contabilidades distintas, aunque de la misma empresa celestial pero distintas.
Puerta del Puente. A la vista el empedrado original de principio de siglo, como un metro más bajo que el actual, pero todavía no tan bajo como el del nivel de la puerta. Otro día le haré fotos pues es mucha la gente que está dentro, dos trabajadores, uno con un pico, otro con una escoba y cuatro o cinco jefes mirando y dando órdenes. España.
Cardenal González, ¡Hombre, que casualidad me encuentro al director del Colegio de la Asunción! Los saludos de rigor. Amigo de muchos años, y buena persona.
-A propósito ¿tú sabes si una lápida de Mateo Inurria a Moreno Nieto, está en el colegio?
-No tengo ni idea. Creo que no. -me contestó.
-Bueno pues seguiré buscando. -le dije- A ver si nos vemos un día de estos. -rematé.
-De acuerdo.
Y nos despedimos. La verdad es que hablamos más cosas pro no procede reflejarlas.
Fotografía a la casa de Carmen, esa Señora puta de mi infancia, tan agradable y tan simpática. Y tan formal, porque cuando las prostitutas se casaban -decía mi madre- eran las mujeres más fieles del mundo. Es normal después de aguantar tanto, protegerían la tranquilidad de su casa.
Calle de la Feria. Agua de la fuente. Casa barroca de Almacenes Checa abierta. Fotografía del patio central. Precioso. No me dejó entrar el albañil, a mi pregunta de acceder:
- Lo tenemos prohibido -me dijo.
- Gracias. -no le insistí. Zoom, de mierda pero foto con zoom.
Iba maravillado con el hallazgo. Vuelta al jardín de Orive. Me quitó lo maravillado mi amigo, conocía la casa y su contenido. Parece que va en ella un hotel. Le recriminé lo de las fechas de la destrucción del monumento. Se salió por la tangente.
-Qué más dan unos años arriba abajo. -dijo.
-Pero es que no son unos años, son veinte por lo menos. -contesté.
Nos despedimos. En el Realejo me encontré otro amigo, algo mayor que yo. Me dijo que ya estaba en la lista de trasplantes renales. Me alegró. La verdad es que tenía mejor color de cara que otras veces. Se lo dije. Lo cierto es que el que con cierta edad no tiene goteras... Fijaros, Lagartijo, Cruz Conde, el falangista de la puerta del cementerio, Machaquito. No, Machaquito fue con 75, bien servido para la época y su oficio. Los primeros casi no tuvieron oportunidad de tener goteras.
Otro encuentro. Un poleo menta y fin del trayecto. Vuelta a casa descargar las fotos y llenar estos folios.
(Publicada en www.calledelasflores.org)
Fotos del autor.
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