El mundo de la medicina en el periodo árabe, fue quizás una de las profesiones más adelantadas de la época.
Existen muchas palabras relacionadas con la medicina que son originarias del idioma árabe: alcohol=al kohól; alcanfor=al kafúr; jarra=yarra; jarabe=sharáb; algodón=al qutn.
Otra palabra de origen árabe es ojalá, y se refiere a Alá, Dios. La palabra ojalá viene del árabe wa sha Ilâh, que quiere decir: Y Dios quiera. Hoy “ojalá” no significa nada religioso.
Si alguien está enfermo le decimos: ¡Ojalá que te mejores!
“Muhammad b. Fath Tamlun. Sobresalió de tal modo en el saber médico que sobrepasó a todos sus contemporáneos. Pero no ejercía. Se le pidió que entrara al servicio de la corte. Pero se excusó e insistió ante el Emir hasta que éste le dispensó. Ni un solo noble de la época podía prescindir de él.
‘lmran b. abi ‘umar. Fue un médico noble que estuvo al servicio del emir ‘Abd al-Rahman al-Nasir, para quien compuso un medicamento a base de anís. Fue un sabio inteligente y compuso un libro de medicina como los «cuadernos».
Yahyá b. Ishaq. Fue un médico noble, sabio y de experta mano. Vivió al princi pio del reinado de al-Nasir, quien le nombró visir, valí y gobernador. Durante algún tiempo fue caid de Badajoz. El Emir de los Creyentes le tenía en gran estima, le había otorgado su confianza y encargado del cuidado de sus esposas y concubinas. Siguiendo la escuela de los cristianos, compuso unos cuadernos en cinco libros lla mados Aforismos.
Abu Bakr Sulayman b. Baý. Fue un médico notable que curó al Emir de los Creyentes —al-Nasir-Dios esté satisfecho de él— de una oftalmía, en un solo día, gra cias a un colirio. Tras esto se le pidió la receta, pero no quiso dictarla. Curó en un solo día a Shynayf, jefe de correos (“sahib al-Burud”), de su asma, mediante un la´uq [= electuario], después de haber fracasado (otros médicos) en su tratamiento. Cura ba los dolores de costado con granos de hina´ [= alheña]. Era avaro en las recetas.
Ibn Umm al-Banin. Le llamábamos al-A’raf. Era de la ciudad de Córdoba y sirvió al Emir de los Creyentes al-Nasir, como médico. Fue contertulio suyo. Era muy inte ligente en medicina y le ocurrieron cosas extraordinarias. Era voluble e infatuado, por lo que a veces se hacía pesado a al-Nasir. Pero a pesar de todo se veía forzado a recurrir a él, dada su gran inteligencia.
Sa-id b. Abd Rabbihi. Compuso una arýuza importante sobre medicina, en la cual demuestra su dominio en esta ciencia y su conocimiento de las teorías de los antiguos. Su método para curar las fiebres consistía en mezclar febrífugos con un poco de hiwar. Su método es bueno. No sirvió a ningún príncipe. Era hábil conoce dor de los síntomas y de la evolución de las enfermedades, de los cambios de la atmósfera, del régimen de los vientos y del movimiento de los astros.
A bu-l-Walid Muhammad b. Husayn, más conocido por al-Kitani. Era un hombre brillante, magnánimo, de dulce palabra, noble: amado por el vulgo y la corte por su generosidad científica y su entrega (a los enfermos). No era hombre que buscara dinero ni intentara reunirlo. Era amable en el trato con los enfermos, sabio experimentado. Murió de hidropesía.
Ahmad b. Hakam b. Hafsun. Sirvió como médico a al-Mustansir. Era elocuente, de aguda teoría y buen conocedor de la lógica. Murió de disentería.
Abu Mus Harun a!-Aswani. Cirujano. Estuvo al servicio de al-Nasir y al-Mustan sir. Estuvo al cuidado del harén y de las mujeres. Era uno de los grandes y mejores médicos.
Ahmad b. Yunus. Se le encargó del cuidado de la farmacia de palacio. Jamás hubo otra parecida. Colocó en ella doce esclavos jóvenes que preparaban jarabes y componían los ma’yun. Pidió al Emir de los Creyentes que se regalaran (estos preparados) a los pobres y enfermos que lo necesitaran. El Califa consintió. Era experto en los medicamentos simples, fabricaba jarabes y ma’ýunes y atendía a todo aquél que se le presentaba. Curaba las enfermedades de los ojos de un modo prodigioso y aún se conserva en Córdoba el recuerdo de esto. No perdonaba el pago de sus honora rios a la gente pudiente a la que había atendido. Ayudaba con su ciencia al amigo, al vecino y al pobre.”
(De HASSAN IBN YULYUL, Kitab tabagal al-Atibba. Trad.Juan Vernet)
Otros médicos:
Avenzoar, 1092, sevillano, empleó el agua fría para reducir la fiebre, con la recomendación de utilizar las menores dosis efetivas de un medicamento.
Averores, 1126 cordobés, escribió varios volúmenes dedicados a la fisiología, higiene y la anatomía fue de los más celebres.
Tratado de plantas medicinales
(Publicado en www.callejadelasflores.org)
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